Me apasiona Harry Potter. Creo que es mi saga de películas preferidas.
Las sigo desde el comienzo. Me acuerdo que de más chica me daba miedo, pero las veía igual porque me encantaban, son increíbles. Están tan bien hechas, te atrapan. Son de esas que las podes ver mil veces y no te cansás. Tal vez sea porque es un mundo en el que nosotros no vivimos, que puede que exista, pero no lo conocemos. Ese en que todo es posible, todo tipo de encantamientos y hechizos son probables. Donde una lágrima de ave puede curar heridas, donde dos seres son enemigos y deben pelear constantemente con una varita mágica, donde todo tipo de extrañeza es posible.
Hoy vi nuevamente la parte I de la última película y entendí cosas que antes me habían quedado incógnitas y sin responder.
Aparte de todo, la película no la hace la historia solamente, si no también los actores.
¿Qué sería esta película sin Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint? Ellos son los que le ponen garra para que está saga salga como la escritora lo escribió y lo soñó. Ellos son los que trabajan duro para que nosotros disfrutemos al verla. Ellos son los excelentes actores que hacen que las películas sean increíbles y atrapantes. Son mis ídolos.
Estoy esperando con ansias a que sea el próximo 15 de julio para ver Harry Potter y las reliquias de la muerte parte II.
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